Si hay algo que siempre ha caracterizado al cine uruguayo, es la implementación del humor absurdo para abordar una temática compleja de carácter, por lo general político y social, en un contexto familiar. De cierta forma, también se acerca a la manera propia de la sociedad local de manejar tanto la política, como sus relaciones interpersonales. Lo tragicómico funciona como excusa para adentrarse en un análisis realista de los pesares de una sociedad fragmentada por las luchas partidarias.
Una segunda característica que no se puede dejar de recalcar del trabajo de esta cineasta, es el enfoque a la condición del género femenino que se repite en todos sus proyectos. La humanización de mujeres rotas en un contexto delicado, el cuidado de la estética que gira en torno a estos personajes, las propias actrices que los interpretan. El mundo femenino tiene un rol muy fuerte para esta directora y se traslada desde un comienzo en "La historia casi verdadera de Pepita la Pistolera" hasta en "Polvo nuestro que estás en los cielos" o "En la puta vida".
Beatriz Flores Silva es una clara referente del cine contemporáneo uruguayo, una “joyita” dentro de un panorama que por lo general, siempre ha estado dominado por hombres. "En la puta vida" (2001) es la película uruguaya más vista de todos los tiempos, algo histórico, considerando que fue estrenada hace más de veinte años y aún hasta hoy, no ha tenido competencia en las taquillas.
Hacia principios de los años 90, Uruguay tuvo que enfrentar los resabios de la dictadura: el aggiornamento de las clases intelectuales que durante el régimen habían estado impedidas de acceder a cierta información, el nulo interés político por las manifestaciones artísticas, y la profundización de la pobreza. Todo eso cristalizó en la cultura cinematográfica local que vio cerrar muchas de sus salas barriales y sufrió el descenso notorio del número de espectadores en salas, según informó Revista Film.
El Instituto Nacional del Audiovisual (INA), la Asociación de Productores y Realizadores de Cine y Video del Uruguay (ASOPROD), la creación del Fondo Capital para la Cultura y del Fondo para el Fomento y Desarrollo de la Producción Audiovisual (FONA). La creación de la Escuela de Cine del Uruguay (ECU), fue el hito final en un período de tiempo en el que las producciones audiovisuales en el país comenzaban a reforzarse, y en este caso, cabe recalcar, Flores Silva fue una de las principales fundadoras.
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